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lunes, 26 de marzo de 2007
Ahora Hirsch recién aparece en la pelea del transantiago; ahora en que hasta el The Clinic critica a la Bachelet. A propósito, el The Clinic ha sido el operador político de la moneda más efectivo que han tenido y han logrado desviar la atención de los críticos, y de los criticones, justo al lado opuesto.
Pero no nos desviemos del tema, Hirsch y el “Juntos Podríamos” han sido un intento de convergencia de la izquierda Chilena y sus escasos resultados no pueden atribuirse a un actuar en connivencia con la concertación, o en una falta de ideas, o la falta de un líder carismático. Los problemas del “Podríamos” radican en la inexistencia de un marco referencial en el cual puedan comprenderse sus ideas en forma medianamente coherente. En castellano castizo, el “Podríamos” no tiene una visión coherente de qué es Chile, qué es ser de izquierda en Chile y qué es lo que “Podríamos” cambiar de éste Chile.
Cómo nada de esto se discute la izquierda termina lloriqueando por unos derechos individuales o colectivos más o unos votitos más. En ese vacilante camino se sigue ocultando el enemigo. El trabajo de la izquierda debe ser identificar al enemigo y quitarle lo que es nuestro, punto. Y si para eso se debe utilizar la vía electoral y la legalidad que se discuta, pero que no se dibuje a la izquierda desde el limosneo jurídico y electoral. Eso es entregar todo el poder latente a cambio de absolutamente nada.
No pagar el pasaje del Transantiago es una acción de boicot que sólo pueden realizar quienes utilizan buses sin torniquetes y quienes utilizan el Metro como único transporte tienen que vérselas con las miles de chaquetas amarillas que plagan los subterráneos.
Por otra parte quienes quieran protestar deberán abstraerse de la norma que penaliza el “colarse” con una multa de una a tres unidades tributarias mensuales.
Y fuera de todos esos problemas prácticos no se trata más que utilizar los derechos del consumidor reivindicando desde el principio que está bien que seamos esclavos y que vivamos a dos o tres horas de nuestro trabajo o lugar de estudio: El Transantiago en vez que desnudar a la Capital y sus contradicciones debería dar un mejor servicio por poca plata para estirar nuestros pingües sueldos, en vez que criticar a los sueldos y el absurdo sistema que lo permite.
Pero la mayor objeción sobre el boicot que incita Hirsch no es el boicot mismo sino que su oportunidad: El momento de resistirse al pago fue aquel día en que empezó a cobrarse la tarifa, ya que las personas ya se habían acostumbrado a no pagarla por dos semanas ahora ya se acostumbraron a pagarla. Otra vez en castellano castizo: Ya pasó la vieja.
¿Será que el “Podríamos” tomó vacaciones muy largas? ¿Será su excesiva “democracia interna” la que impidió que se pronunciaran antes? Es importante conocer esa respuesta aunque para ello haya que mirar dentro de los vidrios empavonados de sus sedes. El problema de los “tiempos” no es una cuestión menor en Política es más, la Política para ser efectiva tiene que ser oportuna.
Pero parece que la izquierda tiene un problema fundamental con los “tiempos”: Hay algunos que se les cayó el muro de Berlín con diez años de retardo; otros aún peregrinan a Cuba creyendo encontrar en sus ruinas una respuesta; otros aún saltan para no ser Pinochet...
Es bueno enterarse ya que el pasado no es quien gobierna el presente ni quien gobernará el futuro. Enterarse que la historia la hacemos nosotros con nuestras ideas, nuestra voluntad, nuestra fortuna y nuestra contemporaneidad.
www.violenciaycontrol.blogspot.com
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1 comentarios:
Hola Ariel
Me alegro que siga escribiendo...
Espero te alegre mi facilidad para encontrar viejos amigos en la red.
Dia extraño pa leer tu blog..no? Hace un rato vi los pinguinos correr bajo mi ventana, y graciosamente los perseguian pacas... supongo q pa q no les peguen tan fuerte mandaron mujeres.. pfff..mejor los dejan.
Hace meses me mandaste un mail sobre un proyecto, pero la verdad escribo pura mierds... Talvez podria empezar a hacerlo, como q algo me da vueltas el ultimo tiempo... pero claro, la comodidad pasa la cuenta, la poesía nace de la angustia, no de la calma. Y como lo q me angustia es externo lo expulso y sigo tranquila, protegida, calma en mi rutina comun de "empleado publico honrado y diligente", mediana buena madre y mediana buena esposa, si chillara un poco menos daria pa comercial de pastas.
Talvez si escribo te envie algo.. algo que escriba alguno de mis alter ego claro....
Un abrazo
Fernanda
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