Bastará un tenue fulgor para iluminar las tinieblas.
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miércoles, 26 de marzo de 2008
Hay una Bomba en el Colegio.
3:47 p.m. | Publicadas por
azeta |
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El que sea paranoico es independiente a que me intenten manipular a cotidiano. Prefiero decir intenten, pues quizá algo consiguen.
¿Quienes? ¿El gobierno, la CIA, la SOFOFA?
Todos.
Lo comunicacional nace del reconocimiento de que la comunicación racional es una quimera. Y quien no pretende dialogar es por que trata de imponer su parecer por todos los medios posibles.
Es más fácil cazar moscas con miel que con excrementos.
Si todo dependiera de elecciones racionales dentro de un mercado, los políticos sólo deberían actuar y los productores sólo fabricar. El vender se reduciría a ofrecer, nada más que a exhibir las cualidades del producto.
Pero en nuestra sociedad es más importante vender que fabricar o que realizar, y no sólo es más importante sino que llega a ser lo único importante.
Qué demostración más cabal de la imposibilidad de diálogo existe que la publicidad y lo comunicacional.
Cuando comienza una campaña lo sabemos y de todos modos “enganchamos”.
Pero siempre queda la posibilidad de dejar un mensaje dentro de una botella por si alguien, en otra rivera, en otra época, lo lee y le permite sentirse acompañado.
¿Cuantos llamados de bomba se realizan a diario en Chile?
No sé la cifra exacta pero deben ser muchos.
O bien lo hicimos en el colegio o somos testigos de alguien que lo hizo. Es tan común como que alguien alerte sobre incendios falsos.
Reconocer que son actos comunes no es justificarlos ni promoverlos es tan sólo denunciar la campaña comunicacional de la cual somos víctimas: Movilizar a las fuerzas especiales por cada aviso de bomba es una política del gobierno, seguramente del ministerio del interior, como el de perseguir policial y judicialmente a los ociosos, capeadores y bromistas de siempre.
¿Para qué lo hace el gobierno?
No lo sé precisamente pero claro está que no quiere dialogar con la población y quiere reconvertir toda la incomodidad existente en un miedo abstracto.
Esperemos que Mirage Man nos rescate.
Etiquetas:
caso bombas,
Política Nacional
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