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jueves, 2 de julio de 2009

Desmenuzando la joyita de Bachelet.

El sistema previsional chileno es, como muchas otras instituciones nacionales, algo especial, sui generis, inentendible para quién le busque alguna lógica. Las cotizaciones previsionales que son descontadas por planilla en vez que servir para amortizar el gasto público, solidario, en las pensiones actuales, se deposita en instituciones financieras que las "administran". Lo surrealista comienza cuando nos enteramos que a estas instituciones se les paga por administrar el dinero y ¿adivinen de donde salen esos pesitos? Sí, adivinó, del propio bolsillo del cotizante.

Es algo así como si le pagáramos al banco por guardar nuestro dinero allí.

Pero aquí no terminan las "particularidades". Cómo este dinerito suma una billonada, las instituciones no guardan este dinero, sino que lo apuestan en el sistema bursátil. Si es que ganan, usted gana el interés deducidas las generosas comisiones pero si pierden, además de ver disminuidos sus fondos deberá pagar por el trabajo mal realizado. El dinero de las pensiones alimentan el sistema bursátil por lo que dinero a bajo costo, a muy bajo interés, llega a las grandes tiendas, a lo que los siúticos le llaman el retail, para que compren baratijas en China y se las vendan a usted con intereses usurarios.

Este sistema se le ocurrió al chicago boy José Piñera, hermano de tatancito, candidato de una de las tres coaliciones de caraduras que compiten por la Moneda (vaya nombre para un palacio de gobierno)

Hablando de Piñera, al lindo en las elecciones pasadas se le ocurrió la genialidad proponer una jubilación para las dueñas de casa: "Las labores domésticas también son un trabajo" -dijo- con su fría sonrisa característica. Pero no era tan sólo una epifanía, ni una serendipia, la propuesta consistía en que cuantiosos recursos públicos irían a parar a las AFP (administradoras de fondos de pensiones). Cuando dijo eso pensé "putas el hueón cara de cemento".

Pero su propuesta al final fue tomada en cuenta ¿Por quién? ¿Por sus colegas Zarkozy, Uribe o Berlusconi? No, por la presidenta más popular del mundo y sus alrededores, la socialité Michelle Bachelet Jeria.

Dos sueldos mínimos mensuales, por una sola vez, y por hijo, a cada mujer... perdón, a la AFP de cada mujer. Si todo sale bien y llueve café, mandioca y macoña, esos escuálidos morlacos le servirán para aumentar su pensión, según cálculos optimistas de adeptos a la economía ficción de unas quince lucas mensuales. Es decir, por haber soportado nueve meses a un parásito en el vientre, amamantarlo, criarlo, curarlo de la depresión y la adicción a alucinógenos, todo eso para que este nuevo engrane trabaje para los chupasangres de este país reproduciendo la miseria, la mano de obra descalificada. Esta mujer, por no usar te de cobre, pastillas anticonceptivas, seguramente por creerle a esos tarados que andan con sotana, recibirá al mes una suma tan suculenta que a penas alcanza hoy para un balón de gas de quince kilos y diez litros de parafina.

La gran mentira detrás de esto es que cualquier chileno para obtener una pensión de sobrevivencia deberá haber trabajado cabeza gacha 48 años ganando al menos cuatro sueldos mínimos. De lo contrario, insisto según cálculos de ficción y optimistas, deberá optar por una pensión mínima asistencial, que al ritmo que va no alcanzará ni para existencial. Por lo tanto el "dineral" recibido por los hijos sólo será útil si es que cotizó lo suficiente para que ese dinero no caiga en el pozo voráz de las cuentas previsionales, que cuando se trata de chauchas a penas alcanza para pagar las comisiones. Según mis cálculos una mujer sólo podría obtener una pensión decente pariendo unos veinte hijos antes de los veinticinco años.

El juego previsional funciona del siguiente modo: El dinero público se va a ciertos privados para que jueguen y lucren con él, los pobres están jodidos entonces tarde o temprano serán tratados como mendicantes por el fisco, eso siempre y cuando en el futuro existan recursos para ello. Mientras ese dinero sirve para hacer más dura la vida de los mendicantes actuales y asegura que su situación se desmejore; si los niños ricos pierden la plata en el acto el fisco acudirá a su rescate con dinero de los impuestos que debería servir para ayudar a los necesitados, no a los que lucran gracias a ellos.

Como las AFP han perdido millones jugando a la bolsa el gobierno socialité, con su actitud progre de balneario, no encuentra nada mejor que socializar una vez más las pérdidas y de paso sobarle el lomo a su fans club. Cuando tenga una hija le pondré Michelle pero si llego a tener un banco se llamará Bachelet.

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