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miércoles, 28 de abril de 2010

Primera Parte.

Por Ariel Zúñiga Nuñez


Estoy con los brotes tiernos, pero mientras exista maleza desbrozaré”.


Algunas respuestas, apuradas, respecto a las acusaciones delirantes de algunos “compañeros”.

Hasta que pasó lo que iba a pasar. En esta izquierda retrospectiva, pasada a stalin, el que no se cuadra en la fila de los rabanitos lo acusan de sapo: "USTEDES SON DE MUCHO BLA-BLA-BLA-, LOS DOS,........ ...DE ARIEL ME LLEGÓ UN CONTRACHEQUEO ,QUE ES INFORMANTE.....MIEDO NO TENGO DE NINGUNO DE LOS DOS, PERO A FELIPE, A ...PARTE DE SER SOCIALISTA...NO LO PUEDEN TOCAR."

Soy puro verso, soy un intelectual, lo afirmo a mucha honra, y en eso que hago soy bueno, debería ser juzgado en atención de ello en vez que ir y expulsarme a la derecha, pues harta materia gris hace falta en la izquierda, venimos perdiendo hace mucho rato como para andar basureando y ninguneando a los que piensan. Muy ... lujo burgués sea, Marx también se lo dió, Bakunin también.”

"Piensen lo que quieran, es asunto vuestro. Yo fui involucrado en esta conversación, yo no los he sacado a bailar. Y es obvio, no somos ni hermanos, ni compañeros, ni nada. No he defendido a nadie, sólo me he negado a adherir a una campaña de difamación, la cual, si disponen de antecedentes haganlo de forma pública, objetiva y "dialectica".

Resolver este asunto es parte insustituible de lo que "hago" que sea un intelectual, puro verso, la intención de mis textos no es otra que el autoanálisis, la autocŕitica antes de cualquier crítica, la depuración de la izquierda (en el sentido de volverse a sus principios y finalidades y desde ahí juzgar sus prácticas). Esto que sucede es un punto crucial de ese desarrollo teórico-práctico. No existe nunca nada más práctico que una buena teoría; y la teoría en el aire, disociada de la práctica, es paja, y su publicación no afecta ni molesta a nadie.

El camino fácil es huir, fomentar la "fuga de cerebros" hacia la derecha o al pos modernismo, al new age o lo que sea, con la cantinela de "en la izquierda son puros dogmáticos" o "ya no hay izquierdas ni derechas". Una fuga sin escalas hacia el nihilismo que nos puede llevar, previa escala en el pelambre, a Wall Street, la Moneda o el The Clinic. No estoy para eso. No soporto que esa izquierda me trate como un hijo pues ni la he elegido como doctrina, ni como ideología, ni como familia, ni estimo que sea una institución jerárquica, disciplinada y no deliberante como ellos pretenden.

No aceptaré que se autoinstituyan porteros que visen las entradas al sector o echen a patadas a los revoltosos.

Uno de los asuntos graves, en este caso llega al patetismo, es que lo sintetizas: A algunos le permiten todo y a otros nada. Ha sido un espectáculo histérico como se han juntado los tipos que hablan peste unos de otros con tal de rayarme la pintura. Aún así, todos juntos y en patota, deberán cambiar sus prácticas sectarias a riesgo de quedarse solos en un caústico caldo, como una familia victoriana, para cuidar las apariencias.

Como se los dije una vez me importa un bledo la izquierda geriátrica, aquella que disminuye año a año por la mera tasa de mortalidad vegetativa, de esa que se hace más chica cada agosto; me interesa la izquierda que se gesta, casi todos menores que yo. Aquellos que vivieron como esa vieja izquierda los dejó botados en el mochilazo y en el pinguinazo; que siguen chocando con su dogmatismo, conmemorativismo, maniqueismo, homofobia, e insoportable bolchevismo. Los jóvenes que se reúnen por afinidad, que no les compran ni a los curitas ni a los pacos verdes o a los rojos. Aquellos que comprenden que es mucho lo que se debe cambiar como para creer que bastará un levantamiento en armas para hacerlo.

Como lo afirmé en mi muro "mi apuesta es por los nuevos brotes, pero mientras halla maleza desbrozaré".

Respecto a la tortura, mi opinión se contiene en este artículo: "La infiltración y lo infiltrado", Todo quien tortura tuvo que ser torturado para aprender a aplicarla; todo quién es víctima de tortura tiende necesariamente a reproducirla. La función de la tortura no es la producción de información (pues existen métodos indoloros más efectivos como la aplicación de drogas como el óxido nitroso); su función se reduce a infiltrar, en el sentido más profundo del término, pues se trata de introducir en el individuo la lógica de la tortura. Por esa razón me opongo a todas las formas de tormento, vengan de quién vengan, y bajo los buenos oficios de quién sea. Jamás trataré a mis adversarios, o a mis enemigos, del mismo modo que ellos a mi pues en ese momento la tortura habría triunfado.”


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2 comentarios:

asel dijo...

hola ariel, no se de que va esto ni que esta pasando pero por lo que te leo tienes todo mi apoyo. bien cierto es que la palabra es mas peligrosa que la espada. por algo cuando algunos usan la espada el sistema reprime a los que usamos la palabra. lo se por propia experiencia ;-)
abrazo

Soledad dijo...

Me encanta tu forma de decir las cosas, sin anestesia, directo al hueso...y toda la razón hay que avanzar con los que se creen el cuento y dejar de lados estas controversias ( que son entretenidas, pero agotan ).
Mi saludo y apoyo sincero para ti.

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