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jueves, 30 de septiembre de 2010

Quien mató a Matías Catrilerio vive impune en Aysen.

Por Por Jorge Ojeda Frex

Ilustración de Christiano.


Durante muchos años los ayseninos hemos vivido convencidos de que se encuentran en una burbuja, una suerte de anexo al Chile normal, aquel país que solo se conoce por la tele, donde se nos muestra la delincuencia de la droga, a los individuos despersonalizados caminando errantes como zombies, y donde el almuerzo a dejado de ser un rito familiar, siendo reemplazado por mecánicos treinta minutos de traga, fuma y vuelve a producir, de hecho por dos años y medio viví en la pequeña Chile Chico, en la rivera sur del Lago General Carrera o Chelenko como lo llamaron los aborígenes del lugar, y de alguna manera me sentí contagiado de esa fiebre edén, y por instantes olvidé al Chile real.

No he intentado nunca una verdadera explicación, de modo que solo tengo la sensación de que el hecho de no estarse viendo reflejado más que esporádicamente en la TV, y la mayor cantidad de las veces que esto ocurre, dice relación con situaciones anecdóticas una nevada, un gran incendio, o bien con las miradas de programas como “Recomiendo Chile” o algún programa sobre flora y fauna. La prensa tampoco ayuda mucho, aún suele sorprenderme los titulares del Diario de Aysén donde la noticia de portada consigna el hecho de que la Policía ha atrapado un peligroso delincuente que infringe la Ley de Propiedad intelectual vendiendo CD piratas.

De esta forma y con estas miradas sesgada, uno obvía como la Trapananda se ha ido transformado en el closet donde ese Chile real, el de zombies y droga, hace el mismo ejercicio a la inversa y oculta lo peor de si mismo en este lugar.

Hace unos años me sorprendí cuando pobladores de Mallín Grande me contaron de cómo Bustch Cassidy y Soundance Kid habían estado en la zona, ya que durante mi niñez me quedó grabada una película sobre dichos pistoleros del oeste estadounidense; sin embargo con el pasar de los años me he ido enterando que otros personajes al igual que Butsch se abrían vivido y ocultado sus huellas en los parajes que me son tan familiares.

En Chile Chico, se hizo famoso el entonces Capitán de Ejército Joaquín Molina Fuenzalida, autoproclamado como “el capitán más malo de Chile” quien al mando de un destacamento de Ejército llegó a la ciudad y torturó a diestra y siniestra, durante mi ostracismo en dicha ciudad me recuerdo haber conversado con mucha gente que aún recordaba a dicho oficial, y me contaron lo sucedido en la caballeriza de la comisaría de la ciudad, este sujeto estuvo ligado además al secuestro de un grupo de asilados en Argentina, que les fueron entregados en Río Mayo por la Gendarmería de ese país, y que se les perdieron en el camino a Chile, ya que ninguno llegó a Coyhaique; luego este personaje entró a la farándula al casarse con Gloria Benavides, finalizando su carrera en Punta Arenas cuando fue asesinado por el hijo del “mamo” Contreras; recuerdo que en algún momento me di el tiempo de explicarle a la hija de mí pareja esta historia, mientras hacíamos “turismo” por la ciudad.

Cuando estudiaba interno en la ciudad de Cochrane, tenía un amigo que vivía con Carabineros, recuerdo que el me contó sobre un Carabinero que habría llegado trasladado desde Santiago, pues había sido uno de los perpetradores del homicidio por degollamiento de tres profesores durante el año 1985, siendo uno de los crímenes más horrorosos que recuerde, tal repulsión me causó en aquel tiempo el tema que jamás quise saber más detalles sobre la vida de este sujeto.

En Coyhaique, nos pasó uno de los casos más extraños de todos, mí señora realizaba la practica profesional en el Consultorio de la Corporación de Asistencia Judicial de esa ciudad, un día llegó verdaderamente indignada por un caso que le querían asignar, si no mal recuerdo era de un taxista de apellido Espinoza, que había demandado a su mujer, una prestigiosa contadora de la ciudad, por visitas a sus hijos, y como ningún Abogado de la ciudad quería representar, concurrió a la Corporación, y bueno qué decir, el lindo era uno de los miembros de la patrulla militar que quemó vivos a Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas Denegri, Carmen Gloria era tía del TRIC (Taller de Recreación Infantil Comunitario) de la población Los Nogales, es decir era de las “tías” de mí señora, que asistía a dicho taller, aún se le puede ver en calle Prat, a la salida del supermercado Unimarc.

Hoy en la mañana me enteré de que a esta galería de personajes notables, hay que agregar nuevos valores, se trata del Cabo 2º de Carabineros César Vidal, quien estuvo destinado en Villa Mañihuales cerca de la mina “El Toquí”, y que estuvo involucrado en el caso de José Huenates, caso ocurrido en Puerto Montt, cuando Carabineros actuando de una forma que recuerda aquel tiempo que se nos dice que ya pasó, detuvo al joven de 16 años, y que desapareció sin que hasta ahora nuestras autoridades presentes o pasadas hayan dado señales de asombro, y que los medios han cubierto con un par de notas de medio tiempo.

Y finalmente ahora también tenemos la guinda de la torta, el Cabo 2º de Carabineros Walter Ramírez, quien acribilló al comunero mapuche Matías Catrileo, y ojo aquí existe una condena de por medio, ni más ni menos que por violencia innecesaria con resultado de muerte, que es el eufemismo que usa el Código de Justicia Militar para referirse al homicidio cometido por un militar en ejercicio de sus funciones.

Todo esto me lleva a reflexionar nuevamente sobre lo impresentable del hecho de querer subir las penas en los delitos cometidos contra policías, cuando queda claro una vez más que lo que debiera discutirse es como hacer más responsables a los Policías armados y entrenados a nuestra costa además, que dan muerte en forma alevosa a los civiles que en teoría deben proteger, solo queda por preguntarse entonces qué es lo que a cambiado en la Policía chilena, desde cuando el temible grupo móvil creado bajo el imperio de la Doctrina de la Seguridad Nacional masacraba civiles en la pampa Irigoin [1], o un grupo de carabineros asesinaba y dinamitaba campesinos en Lonquén [2], o degollaba profesores en Quilicura [3], o ametrallaba una micro llena de civiles secuestrados en Apoquindo [4].

Y en cuanto a Aysén, bueno, nada más cabe señalarse que a la luz de los hechos, ahora sabemos más allá de cualquier duda razonable que Caín tras dar muerte a Abel siempre escapa hacía el edén.

Notas.

[1] El día 9 de marzo de 1967, personal del Grupo Móvil (hoy FF. EE) dio muerte a 10 personas entre ellas un bebé de 9 meses al desalojar el terreno tomado por un grupo de pobladores.

[2] El hecho ocurrió en Octubre de 1973, las víctimas fueron 15 campesinos de la localidad.

[3] Tres profesores fueron secuestrados y asesinados a fines de marzo de 1985 por personar de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR).

[4] Ocurrido el 21 de marzo de 1993, cuando en una situación de secuestro, funcionarios de Carabineros literalmente acribillaron un microbús de recorrido urbano matando no solo a tres asaltantes de un banco sino también a 3 pasajeros inocentes dejando además una docena de heridos a bala.



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