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miércoles, 26 de octubre de 2011


Una vez cortada la grasa no queda mucho que informar.
Por Ariel Zúñiga Núñez ( @azetaene )


Durante la última semana las informaciones nos han dado cuenta de un país cada vez más fiel a sí mismo en que Guido Girardi es más pepedé que nunca, instrumental y maquiavélico, y el pepedé, junto a la concerta más girardista que siempre; los momios tanto y más gorilas que lo habitual; el gobierno aún más incompetente al punto de generar conflictos innecesarios con los jueces y los colectiveros (aquellos que quiso honrar como viejos aliados Longueira con el impuesto específico a los combustible). Rendón más rendonista que nunca es decir oportunista y a la vez inoportuno, espectacular según las exigencias del público de la matiné, y funcional, como siempre, con el statu quo y con la concertraición. Bulnes más facho y más histérico que nunca y los decé tan decé como siempre.
Casi podríamos concluir en que entre tanta información no existiría noticia alguna.
Salvo que queramos hacernos los sorprendidos aprovechándonos del pánico para aportillar al gobierno es imperativo consignar que tras el confeti y el photoshop es Guido Girardi, el presidente del senado, quién está detrás de esta puesta en escena y además quién se ha embuchado cada pez regalado por el río revuelto. Y como es concertacionista, y hasta el tuétano, ha sido esta pútrida y fenecida organización política la que se ha puesto para avalar todo lo obrado.
Un observador superficial dirá que Girardi es el que más ha perdido en esta pasada, que ha debido soportar el tironeo del gobierno, de la decé, de Marco Enriquez Gumucio, de los empleados del senado, etc. Esto explicaría su cambio de criterio en 360 grados desde el jueves. Sin embargo eso sólo se podría afirmar desconociendo quién es el protagonista de esta historia.
Algunos son políticos porque necesitan ser queridos, como Piñera, para conservar el poder que ostentan, como Hernán Larraín, para puro figurar como Fulvio Rossi o Hasbún, para disfrazar sus evidentes discapacidades como Zallaquet, porque se lo ordenaron en Israel como Hinzpeter, para cumplir con un plan divino como Teillier o para asegurar su impunidad como consumidor de cocaína como Alejandro Peña. Pero nadie, o más bien, casi nadie, es político sólo para ser político.
La excepción a todas las reglas es Guido Girardi, es el único político en estado puro que habita los pasillos de nuestra republiqueta, es el único que satisface sus ansias, y hasta sus perversiones, haciendo política de la forma esencialmente corrupta en que se estila. Girardi no quiere poder para tener poder, ni quiere dinero, sólo quiere triunfar como político y para eso está dispuesto a hacer lo que sea necesario.
Inauguró la política espectáculo de principios de los noventa, todos han copiado al pie de la letra sus impúdicas argucias desde pasearse con el delantal de médico con el estetoscopio colgando de un bolsillo hasta contratar una banda de abogados carroñeros quienes actúan concertados con otra banda de periodistas dedicados a coleccionar “casos humanos”, “ciudadanos” de “alto impacto público”. Mientras Maximiano Errázuriz entregaba canastos con frutas y verduras a sus electores Girardi inventó el estilo SERNAC de denuncias infundadas, apoyos ficticios y harta cebolla finita en horario prime. El neoclientelismo no se hace en la calle buscándole una pega al hijo tonto de la señora Peta sino que en las pantallas de TV amenazando con querellas, el “peso de la ley”, la cacha de la espada y la pata de la guagua. Si Don Francisco creó el instrumento fue Girardi quien lo adaptó a la política de post dictadura y tan bien le ha funcionado que es el único cultor de ese estilo que aún sigue arrimado en el congreso, hasta Nelsón Ávila quedó fuera.
Girardi hizo de su accidente de tránsito el primer docureality transmitido por nuestra TV y, gracias a su sobrevivencia fue ascendido de diputado a senador. Como los senadores no poseen la potestad fiscalizadora, que este político rapaz había interpretado según su regalada gana, asumió una posición más cautelosa, por no decir decididamente artera, en la cual sólo pega combos cuando sabe que no se los van a responder, en buen chileno a la maleta.
Y así casi hunde a Jovino Novoa, uno de los buques insignias de la derecha pinochetista y, en los últimos meses ha urdido una y mil tretas para poder subirse al movimiento “ciudadano” que ha estallado en el país.
Hace unos meses Girardi propuso un plebiscito, y no le resultó. Quería ganarle a los estudiantes aprovechando el pedestal por ellos erigido para subirse en él y transformar al pinochetista y binominal pseudo parlamento en asamblea constituyente. Ahora, con Rendón, se junta el hambre y las ganas de comer y reponiendo su juego original pero vendido esta vez como una propuesta “ciudadana” que proviene del “mundo social”. Con esto no sólo le brinda legitimidad formal a su iniciativa de marginar al país, a lo Lagos, de su proceso constituyente sino que además lo dota de una legitimidad seductoramente “antisistémica” gracias a unos vanguardistas “iluminados indignados” que consiguen “tomarse el senado”, sin mayor esfuerzo, y proponer lo mismo que el venía diciendo hace rato.
Rendón y Girardi no necesitan ser amigos como los ingenuos han tratado de hacernos creer; son astillas del mismo palo y han jugado por años en el mismo equipo. Luis Mareando Rendón hizo cuánto pudo para excluir de su organización “ciudadana” a todos quienes podían resultar una amenaza a la solución cupular que ansía. Su crítica a cómo se hace la política en el país no proviene de sus convicciones sino que de sus intereses; su molestia radica en que aún no se le ha invitado a sentarse en el sillón que él cree merecer.
Girardi y Rendón militaron, y aún lo hacen, en el bando de los abraza árboles ¿O ya se olvidó que el Dr, de estetoscopio al riste, fue el primer político que empezó con la cantinela de la defensa del medio ambiente? Así que esas desesperadas palabras de Luis Mareando negando a Guido, su comparsa, no hacen más que agregar minutos a la teleserie.
¿Alguien puede decir sensatamente que los chicos Rendón paseaban por el ex congreso nacional sin que nadie lo supiera y que de pronto, mientras buscaban el baño, se encontraron a boca de jarro con periodistas, Bulnes, rectores y compañía?
Su objetivo no era que se empatara con el gorila Melero solamente, hoy todos hablan del doctor Girardi sin que caminara ni una cuadra del brazo de los estudiantes en la calle. El accidente no sólo lo hizo más popular y senador sino que al parecer menos humano y más político, es una especie de androide programado para ganar como si los intereses públicos fueran un tablero de ajedrez. Si usted le mira a la cara no encontrará nada detrás de sus esquivos ojos, es como si su conciencia hubiese sido reemplazada por una placa de titanio.



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3 comentarios:

Anónimo dijo...

sako wea

por lo menos el puto rendon se tomo el senado

en cambio voh

aparte de las 5 cajas de vino diario no te hai tomao ni el kiosxco de la eskina

chupaverga

Anónimo dijo...

Buen artículo

Luis Felipe dijo...

Estimado, el cambio de criterio es en 180°, no en 360°, ya que al girar 360° llegas donde mismo.

Saludos

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