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martes, 9 de septiembre de 2014

Réquiem anticipado a una inteligencia que no llegó a nacer.
Por Ariel Zúñiga Núñez ( @azetaene)
Ilustración gentileza de @Fiestoforo


"El anarquista imaginario
pone una bomba imaginaria
bajo el toyota tercel imaginario
de un paco raso imaginario
a la salida de un cuartel imaginario
rodeado de bastard@s y cámaras imaginarias
conectadas a teléfonos y citófonos imaginarios
El comentarista imaginario
se ríe de sus amigos imaginarios
que conversan con los anarquistas imaginarios
que dicen que las bombas son imaginarias
puestas no por infiltrados imaginarios
pues no han entrado en los grupos imaginarios
por la impotencia de su inteligencia imaginaria"
Elias Hienam

Todas la mañanas, puntualmente, unos disparos de salva avisan que es hora de levantarse a los cadetes de la escuela militar. La costumbre no es moderada ni siquiera los fines de semana en ese horroroso edificio1 habitado por décadas por aún más horrorosos personajes, los protagonistas de nuestra sangrienta historia. Militares que nunca han olvidado su lugar de fieles custodios del dinero.
El estruendo es normal al clavar el alba, no a mediodía, sin embargo a los vecinos no les disgusta ni la diversa y extravagante arquitectura del barrio, ni sus ruidos molestos. A la mayoría de ellos, sino a todos, les produce una no tan disimulada excitación convivir con los “libertadores de patria”, aquellos que “extirparon el cáncer marxista” con su probada cirugía y quimioterapia. Así que no creo que se sientan vulnerables ni menos tan histéricos como quiere hacernos creer la prensa. Más bien deben estar ansiosos por la próxima jugada, aquella que con un movimiento de tenazas nos libre de este nuevo cáncer, y nos devuelva a la “tranquilidad” de los ochenta... “esas cosas antes no pasaban mijita”.
Pareciera que los autores de estos hechos están más preocupados de impresionar al vecino de Las Condes2, aunque no les resulte, que a los potenciales adherentes a su discurso, sea cual fuere ese pues hasta el momento no han expresado ninguno. No nos queda más que deducir tal discurso de sus actos, o del modo en que nuestra prensa de guerra fría -sin guerra fría-, de dictadura -sin dictadura-, y en una cruzada antiterrorista inveterada -sin terrorismo-, nos hablan del mismo. Parecen tomarse lo acontecido con tal seriedad que los ministros ocupan más tiempo en relatar, en tiempo real, los pocos hechos que conocen, condimentados con la infinidad que desconocen, en una afiebrada conferencia de prensa dedicada a la hinchada. Peñailillo no tiene nada que envidiarle ni a Bielsa ni a Sampaoli.
El discurso, que podemos deducir, a falta de uno que pudiéramos atribuir a ellos y que nos explicase, o tratase de hacerlo, sus fundamentos, es que lo que se busca es causar mucho ruido y una sobrereacción de parte de las autoridades. Como se dice vulgarmente, tratan de que el gobierno de la concertación pise el palito como suele hacerlo, como le gusta hacerlo.
Al canal trece le faltó que Claudio Sánchez estuviera justo en las boleterías de la estación de metro y transmitiera en directo los últimos segundos del temporizador. Luego hizo su aparición el corsa modelo camaleón, sí así tal cual, pues en un momento fue gris, después azul, burdeos... hasta que apagué la tele, supongo que después fue amarillo, en honor a Orrego que también aprovechó la oportunidad para importunarnos con su presencia. Lo que no me sorprendería es que luego sea verde o perteneciente a aquella partida que la automotora INALCO le vende a los uniformados mediante un desinteresado convenio.
Como sea, es la primera vez que se menciona que estos neo bombistas son choferes y no ciclistas, un sutil detalle dirán los que encuentran simpático a Viñuela e irreemplazable a Cerati.
Cada vez estoy más convencido que las relaciones de pareja no fracasan por discutir mucho, sino que por no ser capaces de dejar de pelear por lo mismo. Es la misma discusión la que vuelve una y otra vez, la que se intenta disimular con un biombo cada vez más grande y aparatoso.
Nuestro país, como un viejo y deteriorado matrimonio, es incapaz de resolver la discusión a la que inexorablemente nos conduce la república pinochetista que se ha constituido e instituido. El problema parece pequeño y hasta marginal, pero, como la espina de una tuna que no hallamos, nos estremece y desespera. Y quizá no lo hace todo el tiempo, pero en algún momento del día, en el menos pensado, vuelve a punzar a traición.
Y el problema no es la lucha de clases, ese asunto es para revolucionarios no para países que se acomodan a todo, hasta a la corriente en los testículos.
Dejamos que sádicos asesinos ocuparan el poder público y privado, y ese tipo de personas suelen ser desmesuradas, paranoicas e insaciables. Y no hemos sido capaces de derrotarlos política y militarmente, de hacerlos padecer la inseguridad absoluta, a ellos y a sus redes de apoyo, y por lo tanto la única forma en que perciben el miedo es como una moneda de cambio, con algo con que se puede especular, y con lo cual la izquierda en algún punto sucumbirá ética o psicológicamente. Es una apuesta a ganador por parte de ellos.
Hablamos de una bomba de estruendo, de unos cuantos heridos y ningún muerto, sin embargo no se le debe bajar el perfil a lo acontecido, se trata de actos naturalmente condenables pero que es muy probable que hayan sido perpetrados por aquellos que se apuraron en condenarlos, ese es quid del asunto.
Digo muy probable pues no es posible asegurar nada del hecho mismo. Lo que sí está claro es que no tendremos ni un equipo profesional, ni imparcial, ni compuesto por ciudadanos mesurados y honrados dedicados a investigarlo, por lo que cada diligencia nos alejará paulatinamente de la verdad arrastrándonos a la tenebrosa ficción en cuestión de meses. Mientras la autodenominada “inteligencia” practicará su deporte favorito de perseguirse la cola mientras mastica un piojo.
Para los siúticos de ocasión huelga reafirmar qué tan disociados están estos hechos con el ethos del grupo que se intenta implicar mediante la prensa, aquellos que podríamos denominar “los sospechosos de siempre”. Todos los comentaristas dan por sentado que lo ocurrido hoy, 8 de septiembre, responde al mismo modus operandi de los otros atentados con bombas, y hasta que el artefacto es del mismo tipo. Esto cambia sustancialmente cuando indagamos sobre cuáles son los “otros atentados”. Se refieren a la supuesta explosión de un carro previamente desocupado en la estación los domínicos y a una serie de operativos, cada uno de ellos televisado, en los que se revisó “paquetes sospechosos”, principalmente en el metro pero también en otros lugares públicos, sin que se haya encontrado ningún artefacto explosivo. Junto con las bombas imaginarias, de estos anarquistas imaginarios, de los que nos hablaba Elias Hienam, también aparecieron falsos avisos de bombas -imaginarias-, que motivaron una serie de procedimientos policiales y periodísticos nada de imaginarios.
Pues bien, esos atentados -imaginarios-, son el sólido respaldo en el cual se sientan muy echaditos para atrás los bombólogos de matinal y los jeans jeans zapatillas en retiro a los cuales se les da profusa cobertura.
Y son esas demenciales tesis las que se apura en validar el ministerio público, un órgano autónomo que cuenta con todos los recursos materiales e intelectuales para evitarse el papel de ser una vez más el idiota del pueblo.
Esto ocurre porque a nadie le pareció escandaloso que Raúl Guzmán, delfín de Alejandro Jalandro Peña, el mismo papasnata que hizo el ridículo en el caso bombas de ruido fuera, de oficio, quien metiera su nariz en el nunca aclarado “atentado” de los domínicos... y por carambola en el estallido de Las Condes.
Entonces ahora todo calza, la evidencia de que se trata de un acto terrorista a secas es tan vana como una bolsa de pasas o un poster en Guns & Roses, es el mentado atentado a los domínicos, jamás adjudicado por algún grupo anarquista o de izquierda, ni atribuido a ellos. El único grupo organizado que se reitera, en ambos casos, es el metro y la fiscalía metropolitana sur, el único nombre el de Raúl Guzmán, y el único modus operandi, el de ellos, su conocida práctica de “producir evidencia” fuera del juicio, de modos creativos, ingeniosos, pro activos.
Y también sabemos que cuando se mueven estos peones es porque alguien se los ha encomendado, estamos hablando de abogados disciplinados, jerarquizados y no deliberantes... con la SOFOFA y la CPC.
Como la discusión vuelve una y otra vez no propondré el divorcio, porque no estamos en condiciones de echar a estos forajidos de nuestro país. Ya que también me parece burdo que sigamos durmiendo poto con poto, pero en la misma cama, con esta banda de asesinos guardando el odio en el lugar más recóndito de nuestro hígado; y tampoco veo que estemos en condiciones de propinarles algún disgusto, aunque con ello invirtamos todos nuestros precarios esfuerzos, pienso en algunos paliativos, que no son mágicos ni infalibles, pero que en algún minuto deberán emplearse. Si nos seguimos retrasando las consecuencias serán proporcionales al sadismo de esta banda gobernante.
Se debe ubicar a los policías, o ex policías, que colocaron este artefacto de estruendo, y a ellos se le debe aplicar el estatuto que quieren aplicar contra sus enemigos. Todo esto se debe hacer en público y con escándalo, pues de otro modo no sirve. Y se debe perseguir a todos y cada uno de los fiscales que están involucrados, son los mismos que no tuvieron ningún empacho en falsificar un juicio completo aquí en Santiago y otros tantos en el sur. Y a ellos se les debe aplicar esa ley antiterrorista que tanto se esfuerzan en promover, con toda su impudicia dictatorial, pues se hace evidente, más que nunca, que el único terrorismo que existe en este país es de su estado y sus agentes.

Notas:
1.- El arquitecto culpable de tamaño adefesio fue también el que diseñó el templo votivo de Maipú, todo cuadra dicen por ahí.
2.- Hablando de milicos no nos olvidemos que la comuna se llama “las condes” y no “los condes” porque la finca le pertenecía a una cabrona de apellido Conde que había adquirido mediante la donación de un cliente en sus tiempos de prostituta. Como la Doña Conde vivía junto con sus socias, subordinadas, sirvientas, pianista y lo que fuera, el fundo comenzó a ser llamado Las Condes. “Ese pueblito llamado las condes” que menciona la canción es la actual Plaza San Enrique, el primer poblado que se avistaba si se bajaba por el paso los libertadores a caballo y en vez que llegar hasta Los Andes o San Felipe, se usaba la senda que hasta hoy conecta la división andina de CODELCO con la disputada de Las Condes, y de este modo la cuenca del Aconcagua con el Mapocho. Todos coinciden que la plaza San Enrique era un poblado de prostitutas, las que atendían a los arrieros, baqueanos, comerciantes, viajeros y mineros que abundaban en la zona. Hacia el poniente el fundo de Las Condes tenía una reja de hierro en la actual esquina de Apoquindo con Tobalaba.

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1 comentarios:

@gatamapola dijo...

Hola,
sólo para agregar pelo a la sopa,el mismo Raúl Guzman defiende una tesis descabellada emanada de los portales iluminados del internet anti-fascista y libertario;células organizadas,jerárquicas,ligadas al MAPU de los noventas y a los compañeros del caso Security,presumiendo coordinación desde el CAS con chicos come ensaladas y ciclistas furiosos,jóvenes,usuarios de contrainfo donde avisan sus acciones.(tesis investigativa)
El petardo repartió sus esquirlas hasta no pocos hechos concretos,la anulación del proceso absolutorio a Victor Montoya,esa esquirla y la que hirió a trabajadores es la prueba del estruendo,el resto historia conocida,incluso se desempolvarón las carpetas investigativas de jalandro,para dar a Lenin Guardia y a Yussef unos largooos minutos en cámara.
Saludos Ariel de @gatamapola

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