Bastará un tenue fulgor para iluminar las tinieblas.
Volver al Inicio
Entradas Antiguas
Categorías
Academia
(36)
ANDHA
(6)
Archivos de Prensa
(11)
Artículo del Recuerdo
(12)
audio
(34)
autodenuncia
(10)
caso bombas
(34)
Caso Lavandero
(9)
caso Saif Khan
(13)
chaucha
(1)
Comentarios
(2)
comunismo difuso
(1)
crisis sistémica
(9)
cuba
(9)
Derechos Humanos
(26)
Drogas
(3)
Economía
(8)
el blog de azetaene
(1)
el juego de la razon
(2)
fascisbook
(15)
Fiestoforo
(6)
Filosofía
(9)
Fujimori
(1)
Genero
(5)
huelga de hambre mapuche
(10)
Igualdad
(8)
inteligencia
(1)
jorge ojeda frex
(7)
La Mala Educación
(8)
Liceo de Aplicacion
(5)
Medios
(11)
mpt
(10)
piraña
(7)
Politica Internacional
(44)
Política Nacional
(87)
postales para el bicentenario
(2)
Presidenciales 2009-2010
(30)
proyectokombi
(1)
Religion
(3)
Rock
(1)
se viene el estallido
(41)
taller de critica al derecho
(12)
teletoing
(1)
terremoto
(13)
Transantiago
(7)
Un minuto de confianza
(56)
venezuela
(2)
vicso
(2)
videos
(13)
viñetas
(35)
Violencia y Control
(44)
vViolencia y Control
(1)
jueves, 20 de diciembre de 2007
Hasta Morir.
10:05 a.m. | Publicadas por
azeta |
Editar entrada
Celebramos como condenados a muerte porque lo estamos.
No decimos ser felices porque no lo somos ni lo seremos,
pero hemos sido más felices que nadie,
y lo seguiremos siendo hasta que la aleatoria parca ose alcanzarnos.
Derramamos vida en nuestros vasos y en nuestras ropas:
Derramamos vida,
una brutal vitalidad lúgubre, azabache.
Algunos creen que bromeamos,
algunos creen que el humor-ficción existe.
Celebramos como esclavos libertos para reírnos de la muerte y del negrero;
para desafiar a quien quiera a que venga por nuestra cabeza a que la cercene ahora,
ahora que estamos celebrando y que dejaremos sólo una sonrisa sardónica como legado.
No decimos ser felices porque no lo somos ni lo seremos,
pero hemos sido más felices que nadie,
y lo seguiremos siendo hasta que la aleatoria parca ose alcanzarnos.
Derramamos vida en nuestros vasos y en nuestras ropas:
Derramamos vida,
una brutal vitalidad lúgubre, azabache.
Algunos creen que bromeamos,
algunos creen que el humor-ficción existe.
Celebramos como esclavos libertos para reírnos de la muerte y del negrero;
para desafiar a quien quiera a que venga por nuestra cabeza a que la cercene ahora,
ahora que estamos celebrando y que dejaremos sólo una sonrisa sardónica como legado.
Etiquetas:
Un minuto de confianza
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deje su comentario o sugerencia, aunque no sea una crítica. A veces basta un saludo.
Vea los comentarios anteriores.