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Violencia y Control Social

Bastará un tenue fulgor para iluminar las tinieblas.

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sábado, 29 de agosto de 2020
Por Ariel Zúñiga Núñez


@azetaene
 
A consecuencia del debate del miércoles pasado, muchas y muchos se han acercado para pedirme que desarrolle mi idea sobre la izquierda.
 
Quiero dejar constancia que esta idea se encuentra desarrollada en el libro, de mi autoría, “Civilización y DD.HH”, editado por libros del perro negro en 2013 y liberado para la descarga gratuita el 20 de octubre de 2019.
 
Ese libro lo comencé a escribír al volver del Foro Social Mundial de Porto Alegre. Viajé hasta allá, venciendo grandes contratiempos, para conocer si la izquierda tenía una salida del atolladero en que había sido puesta tras el colapso de la URSS. No encontré una idea que aunara lo que hasta ahora se llama, casi como si fuera algo de lo cual enorgullecerse, a “las izquierdas”. Es más, retorné a Chile con la opinión formada de que dicha dispersión era un lugar muy cómodo para quienes hacen de la política una actividad lúdica, por lo que siempre iba a ser promovida por ese grupo.
 
Antes de viajar creía que la crisis era algo que embargaba sólo a la izquierda nacional, al volver aquilaté lo que enseguida comprendí en Río Grande do Sul: La crisis de la izquierda era total, el próximo ciclo capitalista que haga estallar las contradicciones nos pillará sin una teoría para abordarla.
 
El problema se acentuaba ya que desde nuestra mentalidad colonial sólo una teoría escrita en Europa o los EEUU podía ser tomada en serio; una nacida en la colonia a lo menos debía ser pasar por un proceso de validación académica occidental, debía presentarse como una tesis doctoral de una prestigiosa universidad capitalista o no tendría ninguna oportunidad de proponerse seriamente.
 
Con todo en contra me aboqué a la ardua tarea haciendo mano de mis escasas herramientas filosóficas y de teoría social; me acerqué desde la criminología crítica que era el área que dominaba.
 
Puse en línea el blog "violencia y control", invité a él a escribir a personas a quienes valoraba su trabajo; entendía que la obra debía ser colectiva o no tendría los resultados pretendidos.
 
Sin embargo el llamado no tuvo oídos. Resignado comencé a escribir en el blog mis crónicas, esas que a mediados de los noventa pegaba en las murallas.
 
Desde ellas comenzó a escribirse civilización y DD.HH, el primer borrador estaba listo en 2007; el año antes habíamos sido derrotados, aplastados diría, por el gobierno de Bachelet y su ministra Provoste.
 
Seguíamos en pié, y conservábamos el ininvicto, acumulando derrotas.
 
Con mis apuntes en mano una y otra vez participé de las asambleas, insistí que el problema no era sólo la represión, el soplonaje y la cooptación, sino que nuestra propia definición y organización.
 
Entre tomas, presos, muertos y heridos de gravedad, campañas electorales testimoniales, que aún así concitaban una gran expectación, la izquierda funcionaba como un casting público de líderes para la concertación en el mejor de los casos; del montaje policial y la muerte, natural o civil en el peor.
 
Organicé marchas a favor de los mapuche sin serlo, sin creer serlo; estuve con los anarquistas cuando fueron perseguidos, en los tiempos más rudos, arriesgando la cana como uno más. 
 
Cité a la Violeta Parra, culpé de traidores una y otra vez a aquellos que ordenaban la represión a sangre y fuego en contra del pueblo, que equivocado o no, luchaba.
Estuve con los que luchaban, puntual en cada nueva derrota.
 
Y mientras lo hice siempre dije, una y otra vez, incansablemente, como un disco rayado, que éramos de izquierda, que TODAS Y TODOS PERTENECÍAMOS A UNA SOLA IZQUIERDA, aunque no nos diéramos cuenta, aunque no lo supiéramos. Desde anarquistas a socialdemócratas, todos de izquierda, y en el momento que nos nos diéramos cuenta contra quien era esta lucha, y de qué se trataba, venceríamos, no habría modo de detenernos.
 
Así nos pilló el 2011 sin haber editado el libro, pero estando todo lo dicho en el blog.
 
El “se viene el estallido” que había surgido para apoyar a los anarquistas encanados, se había convertido en el medio de difusión de una teoría.
 
Y fue desde esa teoría que se escribió cada nuevo artículo, que se elaboró cada nueva acción, y cada nueva emisión del programa video radial.
 
Cuando me preguntan sobre esta, “mi teoría”, respondo que es la nuestra.
 
Se escribió para las luchas del futuro, para que fuera útil, para que esclareciera lo que otros se empeñan en oscurecer.
 
Si me piden que desarrolle mi teoría debo advertir que ya está desarrollada, lo que quizá hace falta es expresarla en la menor cantidad de palabras posibles para así difundirla.
 
Tras la petición entiendo que mi libro está plenamente vigente, que los apuntes que expuse hace más de 10 años en el taller del sol, se hacen más comprensibles de lo que eran entonces.
 
Civilización y DD.HH.
 
La izquierda no es otra cosa que el ideario de la ilustración.
 
La composición de este ideario sería lo siguiente:
 
En primer lugar el predominio de la razón.
 
En segundo lugar los valores universalistas y compasivos socráticos y estoicos en su versión laica.
 
De este crisol surge la libertad, la igualdad y la fraternidad.
 
El marxismo constata que los valores de la ilustración son incompatibles con el capitalismo; juzga implacablemente la moral ilustrada como burguesa.
 
El marxismo intenta crear una teoría científica que comprenda a la realidad social y al mismo tiempo deduzca las leyes (leyes científicas) de la transformación de la sociedad. Se propone borrar de la doctrina de izquierda cualquier referencia a la ética y a la moral. La revolución transformará a los hombres y mujeres en libres, iguales y fraternos.
 
El triunfo de las revoluciones socialistas dejó de manifiesto lo persuasivo, vigentes y poderoso que era el programa ilustrado; la revolución francesa era resignificada con la rusa.
 
A finales del siglo XX, habiendo colapsado la URSS, era evidente que la revolución rusa había sido derrotado por ella misma; no fue una guerra nuclear, ni una invasión, lo que desmoronó al gigante rojo. 
 
La socialización de los medios de producción no había terminado con las clases sociales, ello implica una refutación a las ideas marxistas. La dictadura del proletariado no condujo a una sociedad comunista, la igualdad, la libertad y la fraternidad no resultaron ser el punto de llegada.
 
De esa constatación se intenta seguir el camino en reversa, buscando los errores colosales que se cometieron, no con la intención de juzgar a los responsables sino en procura de abordar las nuevas luchas.
 
El error que se cometió en antaño fue olvidar que el problema no es el capitalismo sino que el Estado.
 
La izquierda, compuesta por aquellos humanos que queremos hacer imperar la libertad, la igualdad y la fraternidad, debemos acometer la colosal tarea de desmontar esta infame maquinaria que jerarquiza, dejando a unos con el poder de mando y a otros en la opción de obedecer o padecer.
 
El Estado no es un modo natural de organización, es un artificio, y como tal puede ser sustituirse por una organización igualitaria y fraterna en donde sea posible la igualdad.
 
Este modo particular de organización, históricamente reciente, es una anomalía y además la fuente de todas las críticas que suelen atribuírsele a la humanidad.
 
Ciertos feminismos hablan de patriarcado, pues bien, Estado, Patriarcado y Propiedad Privada son tres dimensiones del mismo asunto. Ello es lo que entendemos por Estado.
 
Producir esta transformación sería una conquista de la humanidad sólo comparable con la Revolución Neolítica; la Revolución que se propone implica la emancipación cabal del ser humano.
 
Contra esta izquierda pugna una derecha que desdeñando a la ciencia y a la razón postula que el capitalismo, u otro modo de organización Estatal, es el único posible. La derecha enarbola la bandera de la tradición, lo que fue debe seguir siendo; la preservación del orden social vale incluso aniquilar a los seres humanos.
 
La izquierda, en cambio, entiende que estamos ante el fin de un modo civilizacional; lo hace porque tiene una comprensión científica del mundo. Tiene la convicción que la crisis ambiental es irresoluble bajo el régimen estatal, que la crisis del capitalismo es tan profunda que sólo el fascismo podría evitar que el sistema actual colapse.
 
Frente a esta constatación científica la izquierda también comprende cual es la salida, la única posible, la total transformación de la humanidad de modo consciente, racional, igualitaria, libre y fraterna.
 
Y es allí donde estriba la mayor diferencia con lo que han propuesto otros autores, no es la ciencia quien nos da las respuestas a lo más importantes, son nuestras convicciones, aquel elemento irracional que nos constituye y nos hace de izquierda: Nosotros creemos en los valores de la ilustración materializados en el catalogo de derechos fundamentales.
 
Los derechos fundamentales no son el corolario de un razonamiento, son aprioris.
Los hemos convenido fraternalmente y deliberado durante centurias.
 
Los derechos humanos son el mínimo irrenunciable y al mismo tiempo el programa de la izquierda.
 
Por otra parte es imposible que los derechos humanos, en nuestra sociedad capitalista y estatal, puedan regir. Ello explica que las violaciones a los DDHH se produzcan una y otra vez.
 
El horizonte de la izquierda es la Emancipación, ella implica una Revolución. No es posible llamarse a sí de izquierda si no pretende la vigencia de la igualdad, la libertad y la fraternidad, desarrollados en los derechos fundamentales.
 
Teniendo lo anterior claro podemos avanzar. Cuando se habla de conquistas populares deben entenderse en relación a esa Emancipación; si hablamos de caminos intermedios debemos preguntarnos si ellos son compatibles con ese programa revolucionario.
 
Los derechos humanos no son normas legales, porque no tienen modo de imponerse, son los valores de la izquierda, su programa mínimo.
 
Es hora que nos reconozcamos en lo anterior, que los que luchamos en cada una de las estaciones anteriores, 1997, 2000, 2001, 2006, 2011, 2019, entendamos que de la UNIDAD depende vencer al Estado, al Capitalismo y al fascismo. Pero no de cualquier unidad, sino de aquella que se desprende de nuestras convicciones, que como he dicho son comunes, y que tienen por finalidad la Revolución Emancipatoria.
 
Aunque usted no lo sepa el Estallido ha sido de izquierda; de la autorganización sin jerarquías de la calle depende esta Revolución Política Chilena. Del triunfo de esta Revolución Política depende la Emancipación de toda la humanidad:
 
“Producción sin posesión,
acción sin imposición,
evolución sin dominación”.
Lao-Tse.
 



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jueves, 5 de diciembre de 2019
#MR18OCTUBRE

Desde aquí puede descargar el manifiesto del Movimiento Revolucionario 18 de Octubre.




































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sábado, 9 de noviembre de 2019
Textos y audios indispensables para entender los últimos acontecimientos. (Actualizado al 15 de Noviembre de 2019)

El Pueblo no ha sido Derrotado. Escrito hace dos años predice los acontecimientos registrados este 2019.

Sobre la ilegitimidad del Gobierno de Piñera: Escrito en 2011 explica porqué debe destituirse a Sebastián Piñera.

El Estado de Sitio de Piñera: Escrito a pocas horas de desatada la represión y masacre de los manifestantes.

La izquierda minoritaria.

El Estallido Temporada 2019: El regreso del estelar de la revolución.

Capítulo 1 A pocas horas de los acontecimientos Youtube

Capítulo 2 Tras las líneas enemigas Youtube

Capítulo 3 Análisis en extenso de los eventos Youtube

Capítulo 4 Operación Trololó Soundcloud

Capítulo 5 La Araña Soundcloud

Otros materiales:

Descuidate, idea Renato Dennis, música Chicharrón Milcao, Mezcla Hijo del Salitre, video Elias Hienam, texto y voz azetaene.

Piñera Culiao Afro Beat, Hijo del Salitre

Pasquín el Estallido organizado por Pepito Chicoma

Carteles Para Imprimir y Pegar por Chile y el Mundo, Por Pepito Chicoma.

Producción de radio Aukán a horas del Estallido Social Open Spotify 

Más artículos de Violencia y Control, para entender el conflicto existente (Nuevo)

El año en que no pasará nada, teoría sobre la izquierda minoritaria, análisis del 2011

El derecho de propiedad, el enemigo oculto.

Sobre la vigencia absoluta del uti possidetis

Sobre el manido asunto del lucro:

La industria de la mala educación:

Mientras Usted Llora la CONFECH se Baja los Pantalones con el Gobierno. Escrito a horas de que la Confech transara con Piñera en 2011

Personajes Infames:

Sebastián Piñera.

Carlos Peña.

Gabriel Boric.

Teodoro Rivera

Táctica:

Sobre el activismo informático.



Especiales agradecimientos a: Famoso Troll, Tarko, Chicoma, Joaquín Bustamante de Radio Aukán y a todos los miembros del Holding Precario.




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lunes, 21 de octubre de 2019

Por Ariel Zúñiga Núñez.

Me dirijo en palabras breves, precisas, concisas, la apremiante realidad no da para rodeos ni florituras.
Nos están matando.
Peor que eso, están tratando de volcar las cosas a favor de quienes nos masacran haciéndonos pelear entre nosotros.
¿Quienes son ellos?
La patronal chilena y trasnacional, el macrocapital, defendidos en este momento por las Fuerzas Armadas y de Orden.
¿Quienes somos nosotros?
Los que vivimos a medio morir saltando, precarizados, el pueblo, la clase trabajadora, los agricultores desplazados por las forestales, los pequeños comerciantes, los que se la ingenian para sobrevivir.
Quienes también son parte de ese nosotros, aunque no lo queramos ver, aunque la prensa se dedique a tiempo completo a machacarnos lo contrario, son los marginados de la sociedad, los que están más a medio morir que saltando, los que se les han quemado los fusibles, salido la cadena. Los niños del SENAME que fueron arrojados a las fauces de este volcán, los que padecen enfermedades y andan de mendigos, sus familias que intentan contenerlos y alimentarlos.
Sé que muchos piensas en estos momentos que serán devorados por la rabia de la marginalidad, sepan que su frustración está siendo usada como ariete por el macroempresariado para golpearnos a todos, para dejarnos más a medio morir que saltando a todos sin excepción.
Piñera ya no es el presidente, abandonó sus deberes y obligaciones, el viernes a mediodía abandonó Santiago al caos, entre medio la patronal y la milicada le apretó las clavijas, hoy lo tienen de títere en la Moneda. Un grupo ínfimo de la población votó por Piñera pero nadie, absolutamente nadie, votó por la patronal o por la milicada.
Hoy el presidente de la república nos declara la guerra, a nosotros, al pueblo, a quienes él juró defender y garantizar sus derechos.
En las calles nos matan como ratas, no existe prensa cubriendo el exterminio, ni nacional ni extranjera. En pocas horas el estado de sitio, de facto, se instaló en todo el país.
No nos debe sorprender que dentro de poco se ataque a quienes disentimos, que se instale la censura y la ejecución sumaria de los que no callamos o no seguimos la linea trazada.
Que nos arrojen a sus perros quiltros, aquellos que no calificaron para ser amaestrados en las perreras en donde ceban a los guardianes del macrocapital trasnacional, y hoy campean como grupos paramilitares sin ninguna contención.
En casos como este cualquier comunicación y acción debe ejecutarse como si fuese la última.
Estimado lector, deben agotarse los mecanismos institucionales, exíjale a sus senadores y diputados la destitución inmediata de Sebastián Piñera, denuncie sus crímenes en los tribunales competentes: Me refiero a la Corte Penal Internacional, se están ejecutando crímenes de lesa humanidad y esto recién comienza.
No pierda ni un segundo más, esto es urgente e importante.
Si usted recién se está incorporando a esta discusión aprovecho de informarle que no existe ningún grupo, ni organizado ni desorganizado, distinto a los que ya conocemos realizando acciones de sabotaje a la infraestructura esencial del país. Lo que ha ocurrido el viernes es el desate del caos, corolario de una seguidilla de acciones estúpidas puestas en marcha por un gobierno incompetente, el que en pocas horas ha abandonado la Constitución y ha demostrado su vocación genocida.
Declarar que existen tales grupos es la antesala de un exterminio desatado. No olvidemos que ya se está ejecutando extrajudicialmente en las calles de nuestro país.
Los únicos grupos armados que están operando y sembrando el caos son los dirigidos o tolerados por el macrocapital, me refiero a las fuerzas armadas y de orden, a la PDI a gendarmería, a los aparatos de inteligencia dictatorial que nunca fueron desmantelados, a las bandas fascistas que se están reagrupando como grupos paramilitares y a los narcotraficantes que son amigos y socios de todos ellos.

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martes, 29 de enero de 2019
¿Alguien quiere pensar en los derechos humanos?

Por Ariel Zúñiga Núñez (@azetaene)

La Venecia Caribeña, por desgracia petrolera, está sufriendo el asedio de las potencias que otrora destruyeron Iraq y Libia. Idénticas apetencias, distintas locaciones.
Las justificaciones se copian y pegan, marcan la pauta noticiosa, condicionan la discusión. Los datos, las evidencias, de pronto son suprimidas por las “sensaciones”.
En la testera se ubican con el ceño fruncido los injerencistas-halcones para “debatir” sobre las sensaciones con los injerencistas moderados. Tras el telón los incumbentes cuentan las horas para recibir sus billetes o sus sumarias ejecuciones.
Tras los primeros bombardeos a Iraq en la primera cruzada humanitaria, antes de terminar el siglo pasado, lo que quedó en ruinas fue aquello que llamamos comunidad internacional. Después de que acribillaran a Gadafi en una alcantarilla, de este modo liberarse los acreedores del dinero que le debían y apropiarse de las ingentes riquezas de Libia, esas ruinas colapsaron. La comunidad internacional es hoy una montaña de escombros y cenizas.
Aún así gritó, con su voz cada vez más afónica, que Venezuela tiene la razón, que EE.UU deberá guardarse su plan de invasión, calmar su sed petrolera exprimiendo a los que ya son sus colonias.
Pero Venezuela no sólo debe lidiar con el gigante decadente del norte, en su frontera sur Brasil está siendo gobernada por un desquiciado. Un orate que proclamó que haría caer al gobierno legítimo de Nicolás Maduro en su discurso de asunción del mando. Eso es una declaración de guerra, una intromisión criminal, la comunidad internacional hizo oídos sordos.
Como si el fascismo, los gobernantes imbéciles y deschavetados, la codicia, el instinto de supervivencia de las potencias decadentes, no fueras asuntos urgentes e importantes, además hay que hacerse cargo de todos los pajarones* atormentados con las desgracias sentimentales que cuentan de Venezuela. Como si quienes pretenden invadirla y saquearla tuvieran el afán de mitigar esos males.
Males reales, los menos, provocados por los invasores muchos de ellos, e inventados los más.
Que Venezuela ha provocado una tragedia migratoria, una crisis humanitaria. Primera vez en su historia que los venezolanos deben migrar, cuánto cobijaron a los nuestros. Cómo podría llamarse tragedia el tener que recibir a nuestros hermanos.
“Que millones han debido abandonar su país”. Les recuerdo que aún en Argentina viven quinientos mil chilenos que se arrancaron de Pinochet. Chile tenía diez millones de habitantes y huyó un millón y medio, dígame ¿Cuantos millones de venezolanos debieran migrar para alcanzar nuestro infame récord? ¿Cuantos millones de colombianos han debido fugarse? ¿Cuantos brasileños lo están haciendo? ¿Qué ocurrió con los hondureños y guatemaltecos que huyen en caravana de sus países? ¿Se le olvidó aquello que pasó hace cinco minutos? Es más, sigue ocurriendo.
Lo que no se puede concebir es cual es la lógica en la afirmación de que un pueblo que pasa por una tragedia deba ser condenado con una invasión.
“Que el gobierno de Nicolás Maduro es ilegítimo” ¿Cual es la base de esa afirmación? Les respondo de inmediato con lo más simple, los gobiernos no son legítimos o ilegítimos dependiendo si nos gusten o no, si nos parezca flaite**, o nos desagrade su timbre de voz. La legitimidad se obtiene de distintos modos, una de ellas es la democrática. Las Naciones Unidas no proclama un sólo tipo de gobierno legítimo. De hecho la ONU respeta incluso la autonomía de las tiranías.
Despejando ese asunto de cultura general, un odioso tópico para wikipedia, que la ignorancia común obliga a mencionar, digamos que Nicolás Maduro no es un tirano, su gobierno no es una tiranía. Es más, es una república constitucional y democrática.
Respecto a la legitimidad del gobernante esta ha sido dada por los propios opositores al participar de los distintas elecciones en donde se ha demostrado que el actual presidente cuenta con la aprobación de la mayoría absoluta de los venezolanos.
Entonces cuando usted diga que “Maduro no representa al pueblo Venezolano” le pido que se demore un poco más y diga lo que está ajustado a los hechos, que “Maduro no representa a una minoría de venezolanos”. Si usted asume la posición del opositor radical como suya, tenga presente que no es un demócrata, es un faccioso, una persona que intenta quebrar un sistema político para imponer la voluntad de una minoría de ciudadanos.
Si aún no entiende de qué versa el asunto le pediré que hable con los opositores radicales a Piñera, de esos que dirían “él no es mi presidente”. Ahora imagine que ese grupo, numeroso pero minoritario, pretendiera quebrar el sistema político chileno. Podría valerse de muchas excusas, de la ilegitimidad de los derechos de agua y pesca, de las sistemáticas violaciones a los DD.HH en contra de los menores de edad y mapuches. Su postura podría ser razonable pero en ningún caso legítima, es más, la buenas razones usadas de mala fé se tornan en ilegítimas. Una guerra contra un gobierno constitucional emprendida por una minoría no hace si no legitimar aquello que se quiere derrocar.
Usted que anda pregonando que Maduro es Pinochet demórese un poquito y contraste la información disponible. Pinochet perdió por paliza el único proceso eleccionario al que se sometió habiendo expulsado del país al diez por ciento, torturado a otro diez por ciento y habiendo masacrado a más de tres mil opositores. Algo no me cuadra, usted se dice inteligente, empero realiza esas comparaciones.
Usted me dice que la represión de las protestas hace ilegítimo a un gobierno ¿Recuerda el 2001-2002 de Lagos? ¿El 2006 de Bachelet? ¿El 2011-2012 de Piñera? Cien detenidos en Santiago como si nada, cientos de heridos por cada jornada. Olvidó los primeros años de nuestro “retorno a la democracia”, un promedio de 30 muertos por cada once de septiembre, hasta cuando ganó Colo Colo la libertadores murieron como 40 personas.
Me parece estar hablando con un prototipo de inteligencia artificial, que hasta nuevo aviso es más artificial que inteligente. Honestamente no puedo entender sus afirmaciones. Menos puedo hacerlo cuando sus argumentos ocultan que tras lo humanitario se esconde los fascistas y criminales de EE.UU, Israel, Inglaterra, Francia, Colombia y Brasil. Y eso usted lo sabe.
El derecho a la autonomía de los pueblos es el fundamento del derecho internacional, lo contrario al derecho es la fuerza. Venezuela es autónoma, si a usted lo ofende la autonomía es de aquellos que quiere librar a ese valeroso pueblo a los lobos, olvidando que usted también es potencial carne para las hienas.
No existe en el derecho internacional ninguna institución, norma o argumento que permita la destrucción de un Estado miembro de la comunidad internacional. Si tanto se preocupa por los derechos humanos recuerde que la guerra es la mayor de todas las violaciones a los derechos fundamentales, el principio y la causa de todos los tratos crueles inhumanos y degradantes.
Los derechos humanos no se defienden en abstracto, no se sostienen en un mundo perfecto en que se puede optar entre el bien y el mal. Esta es la vida real, el mundo real, con sus buitres sedientos de sangre y petroleo sobrevolando a su agónica presa. Usted no defiende a los opositores venezolanos, usted defiende los intereses de una minoría transnacional, esa misma que le roba el cobre sin que usted reclame. Usted está defendiendo que se sostenga la tendencia, que se marche a paso firme hacia el precipicio.
Por favor no me hable de derechos humanos, no ensucie tan prodigiosa construcción, usted quiere la guerra porque está profundamente aburrido. Por favor, reconózcalo.

* Chilenismo, sinónimo de distraído, crédulo, ingenuo. 
** Chilenismo, sinónimo de persona de origen humilde, marginal, con escasa educación formal y o malos modales. Término clasista que usan personas pobres para designar a otras también pobres.


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lunes, 19 de noviembre de 2018
Una guerra sucia lo corrompe todo.



Por Ariel Zúñiga Núñez

Noviembre ha sido un mes cargado de eventos noticiosos que han dejado en exposición la debacle argumental de una elite que abusa del micrófono, las cámaras y los estrados. Vamos por partes:
En este mes que aún no termina Francia concedió el asilo diplomático a Ricardo Palma Salamanca, ex miliciano del Frente Patriótico Manuel Rodriguez y del FPMR Autónomo, condenado por el homicidio de Jaime Guzmán; Méjico negó la extradición del “comandante Emilio” por estar el delito prescrito; el Estado de Chipre negó la extradición del multimillonario estafador Alberto Chang; Kevin Garrido fue asesinado en la cárcel estando bajo custodia del Estado Chileno y aún bajo prisión preventiva; Luis Gómez Guitterman, interrumpe una ceremonia Mapuche celebrada en una playa pública e intenta asesinar a quienes la celebran, el intendente Luis Mayol lo defiende a brazo partido por los medios; tres días después un pelotón militar acribilla a un comunero Mapuche que araba su campo, un menor de edad sobreviviente es torturado y luego se le imputan delitos inexistentes; el intendente Luis Mayol acusa a las víctimas de delitos que hasta ahora no se puede acreditar su existencia, justificando la acción de las policías en un procedimiento iniciado hace horas y a varios kilómetros del lugar del asesinato. Piñera, mediante tuiter, respalda a Carabineros y fustiga a quienes dudan de sus procedimientos, lo propio hace el vicepresidente Andrés Chadwick y la vocera de gobierno Cecilia Pérez. Esta última llega aún más lejos con sus afirmaciones luego de visitar Temuco y los cuarteles del destacamento militar desplegado en la zona.
Piñera en sus exaltados tuiteos exige la designación de un fiscal especial que investigue lo ocurrido, tal exigencia carece de fundamento legal y constitucional, es más, vulnera expresamente los artículos 6, 7, 32 y 83 de la Constitución Política del Estado.
El ministerio público, a las pocas horas de ocurridos los hechos, le resta credibilidad a la versión oficial y omite referirse al inconstitucional llamado del Presidente Piñera ¿De qué manera lo hace? A primera hora del jueves 15 de noviembre anuncia que ha designado a dos fiscales con dedicación exclusiva, uno para el “supuesto robo” que motivó la acción de un ejercito desplegado en la zona; el otro para investigar el asesinato de Camilo Catrillanca.
Dejemos constancia que sólo hecho que se encuentre un ejército desplegado en la zona, con armamento de guerra, sin existir guerra, realizando acciones de manera autónoma, sin la dirección del ministerio público quien es el órgano que dirige las acciones policiales, es un atentado a las bases de nuestra institucionalidad, “la mayor violación de los derechos humanos es la guerra” diría el Jurista Camilo Zolo, y el peor crimen de guerra es hacerla sin declararla. La mera existencia del comando Jungla atenta contra los convenios de Ginebra y los estatutos de Roma, amen de todas las normas esenciales sobre derechos humanos. NO ES UNA POLICÍA, su función no se corresponde con la de investigar la existencia de delitos y controlar el orden público, sino que pretende la ocupación territorial, el desplazamiento de civiles y el exterminio. No sabemos si es financiada en su totalidad por el Estado, quedan serias dudas que estemos ante una organización paramilitar financiada por el grupo Matte, Angelini y Carey, quienes son los que controlan la explotación forestal chilena.
El ministerio público separó la investigación y con ello dejó establecido una verdad jurídica, que la existencia del robo, si es que se llega a comprobar su existencia, NO TIENE NINGUNA RELACIÓN CON EL ASESINATO DE CATRILLANCA. Eso ya estaba establecido por el órgano competente a las pocas horas de asesinado el comunero.

Sin embargo el fiscal que investigaba el supuesto robo de todos modos imputó el delito no relacionado al único testigo, a un menor sobreviviente que además había sido torturado. Este fiscal quiso imputar el delito de receptación de vehículos AL ÚNICO TESTIGO DEL ASESINATO.
Lo más grave de dicha situación es que NO EXISTÍAN NI LOS VEHÍCULOS, NI LAS VÍCTIMAS NI EL ROBO. Eso quedó acreditado luego de la audiencia celebrada 24 horas después del asesinato.
Mención aparte para la jueza de Garantía de Ercilla que se hizo presente en el lugar de la detención del menor de edad a instancias del INDH, la defensora de la niñez y abogados defensores de DDHH; ella también se apersonó en lugar de los hechos por lo tanto la inexistencia de los vehículos y del robo es algo que quedó constatado más allá de toda duda. La jueza de Garantía tuvo un rol activo, no se limitó a dirigir la audiencia, la inexistencia del robo no es una mera leguleyada causada por no entregar algún documento timbrado y sellado, es un hecho corroborado.
El viernes el gobierno trató de moderar su versión oficial, cuestión muy difícil ya que el jueves la vocera Cecilia Pérez ahondó en la herida viajando a Temuco y realizando todo tipo de declaraciones imprudentes y que carecían de respaldo factual. Por su parte Mayol, se dio una voltereta en el aire, afirmando lo contrario a lo que había dicho el miércoles y terminando la rueda de prensa con un patronal “no renunciaré porque cuento con la confianza del presidente”.
La prensa tenía todos los antecedentes la noche del miércoles sin embargo optó por mentir, maquinar y montar. Daniel Matamala viajó a la zona, apostando a su credibilidad. Dejó la tranquilidad de Ñuñoa, y Chicago, y apenas llegó se encontró con un vehículo quemado que transmitió en vivo y en directo. Luego entrevistó a una testigo sin rostro, protagonista de un ROBO QUE NO OCURRIÓ.
Luis Mayol el domingo 11 de noviembre, luego del intento de homicidio perpetrado por Luis Gómez Guitterman declaró “yo soy abogado, no me referiré a un hecho que está siendo investigado por los tribunales, pero le puedo asegurar que el señor (Gomez) Guitterman es un honesto empresario turístico que cuenta con derecho a portar armas y es dueño de esa playa”. Mayol fue el ministro de agricultura del primer gobierno de Piñera, antes fue candidato, perdió, a senador por la región de O'higgins. Como abogado debería saber que las investigaciones no las efectúan los tribunales sino que el ministerio público, y si pretende respetar la separación de poderes (y los artículos 6 y 7 de la constitución política) no puede opinar sobre asuntos radicados ni en el ministerio público ni en los tribunales. La prensa desplegada en dicha infame entrevista a Mayol fue incapaz de corregir al “abogado” y devolverle, “señor, usted dice que no puede hablar y lo está haciendo, pero cuando habla se limita a defender al imputado y con ello desmerece la versión de las víctimas.” Ningún periodista lo hizo, nadie se lo recriminó. Para la galería de la infamia está la declaración de la Armada de Chile que descartó que el Gomez Guitterman, a quien Mayol llamó sólo por su apellido materno, tuviera un derecho de concesión sobre esa playa pública por lo que el ministerio público debiera formalizarlo por intento de homicidio, porte ilegal de armas e interrupción de ceremonia sagrada (delitos relativos al ejercicio de los cultos permitidos en la república).
Mientras esta comedia negra sigue contándose ha quedado eclipsado el hecho de que aún el tribunal Francés competente no se pronuncia sobre la extradición del Ricardo Palma Salamanca. Piñera ha reaccionado de los modos más inapropiados y ante las autoridades incompetentes de este país para intentar revocar el asilo político que ya está concedido. De todos modos el tribunal Francés podría dictaminar que se da lugar a la extradición, lo que ocurre es que al ser asilado tal resolución no tendría efecto alguno. Lo vergonzoso del asunto es que estando así las cosas el tribunal Francés, junto con desestimar la extradición del asilado Palma Salamanca por las razones que ya se dieron en Mejico en el caso de Emilio (no se puede acreditar cuando salieron de Chile por lo que no se pueden contar el año por cada dos de prescripción que convenientemente computó la justicia chilena en su requerimiento internacional), sino que además podría señalar que Chile no cumple con el debido proceso ya que un importante imputado por un caso de connotación pública fue asesinado mientras estaba custodiado por el Estado (Kevin Garrido) y además existe una guerra sucia desatada en la Araucanía que cobra muertos y a los cuales el ministerio público ni el poder judicial se encuentran inmunes a su espiral de corrupción.

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domingo, 18 de febrero de 2018

Por Ariel Zúñiga Núñez ( @azetaene )


La delimitación de un adentro y un afuera, la ordenación de esa interioridad, el desplazamiento de lo ajeno hasta que sea posible su internalización, son cuestiones propias de todo organismo y también de toda civilización.
Para los antiguos grecolatinos ellos habitaban un espacio sagrado, la civitas o polis, mientras que afuera campeaba la barbaridad. El término bárbaro fue legado por los mesopotámicos, con él se designaba a quienes habitaban fuera del muro de las ciudades.
Tanto para nuestros antepasados grecolatinos como para sus ancestros, no existían continuos políticos ininterrumpidos, aquello que desde nuestra insoportable modernidad denominamos territorios. Es frecuente encontrar mapas políticos y administrativos de la antigua roma, apócrifos por la omisión de una referencia sobre esto en su glosa. El poder no se ejercía del modo en que hoy concebimos, existían islas dentro del imperio, zonas francas, liberadas, pueblos sin leyes. Esto también ocurre con nuestras favelas, con la legua emergencia; la diferencia sustantiva es que un imperio antiguo consistía en una agrupación entre ciudades, ellos eran los espacios civilizados. Flotaban estos átomos de civilización en un caldo de barbaridad. Las fronteras, por lo tanto, no se encontraban en aquellos límites cartográficos sino que en los planos arquitectónicos de cada una de las ciudades.
Profanación.
La explanada del parque O'higgins fue pavimentada por Salvador Allende, desde entonces en ella desfilan los militares.
La ciudad de París, hasta mediados del siglo XIX era un entramado caótico de callejones medievales cortados por el Sena.
El Rubicón, a varios kilómetros al norte de Roma, marcaba un límite inexpugnable.
En nuestros tiempos los militares no pueden vestir uniformes dentro de las ciudades salvo para actividades protocolares; está estrictamente prohibido que los regimientos se instalen dentro del muro de las mismas.
Esto rige casi todo el planeta, una de las excepciones la constituye Chile.
En la antigüedad los forasteros debían dejar sus armas en la puerta de las ciudades, del mismo modo en que tenían que quitarse el sombrero, o el calzado, al ingresar a un hogar.
En aquellos tiempos antiguos, de sofisticada medicina, sólo los esclavos podían ejercerla.
La comuna de París le enseñó a los poderosos que el trazado espontáneo de las ciudades podía conspirar contra el poder cuando sus propios habitantes se rebelaran contra la autoridad. Hubo que construir grandes alamedas para que por ellas marcharan los militares y cargaran contra las barricadas de los ciudadanos.
Este modo de trazar las ciudades hoy nos parece natural, amplias avenidas parecieran ser inseparables de la civilización.
Amplios espacios que simbolizan la profanación de las ciudades.
La sangre.
Alejandro Magno quemó la ciudad conquistada en el climax de una juerga; durante la resaca ejecutó a aquellos que mencionaron que tal colosal profanación debía ser purgada. Alejandro no fue maldecido, simplemente todos entendieron que había una diferencia sustantiva entre derrotar una ciudad, asesinar a sus habitantes, violar a sus sobrevivientes, esclavizarlos, que mancillar la honra de sus antepasados. Él mismo se maldijo.
Nadie le habló de culpas a Alejandro, esas palabras mágicas de hoy no existían.
Bastó una mirada o rehuirla, el silencio, para manifestar lo obvio. Existen mínimos de dignidad que deben respetarse incluso a los derrotados.
Hoy se nos habla de esos hechos como un simple asunto burocrático y teológico, Alejandro habría profanado templos, había ofendido por lo tanto a los dioses. Este modo burdamente moderno de relatar el pasado es propio de aquellos que no entienden que una casa es un templo, y que los dioses no son más que modos de personificar aquello que en sí es sagrado. La ciudad como un conjunto de hogares es un magno templo que concentra lo sagrado de cada uno de los hogares allí asentados, sólo un bárbaro, como un Atila o Gengis Kan puede permitirse usarla como un campo de batalla.
Se podrá saquear, pero de modo respetuoso.
La transgresión de Alejandro llegó a nuestros días pero no como una tragedia griega, sino como un hecho histórico. Es tal su entidad que consigue eclipsar la suma de sus proezas bélicas, sólo se puede comparar con la destrucción de Akkad (Babilonia) en manos de una coalición de Hititas y Egipcios o “Carthago delenda est”. En ambos casos se trató de una retaliación; deliberadamente se optó por la profanación de modo de sentar un precedente. La orden fue “que no quede piedra sobre piedra”. En Babilonía soltaron caballos cimarrones para que corrieran sobre el suelo en que antes hubo una ciudad, y trasladaron toneladas de sal que fue esparcida sobre ella “para que jamás crezca hierba” en lo que fuera la gallarda ciudad maldita.
Roma tuvo que justificar su operación de aniquilación en un plano teológico, y dar una solución para ello. Empero no consiguieron purgarlo. No bastaba la imperiosa necesidad política y económica como en nuestros días.
Tan equivocados no estaban para importurnarse con tamañas precauciones. Un bárbaro, el líder de los Vándalos, que huía de la persecución romana cruzó las columnas de hércules y se asentó en las ruinas de Cártago cuatro siglos después de haber sido profanada. La maldición se volvió contra Roma, de ese puerto zarpó la nave de Genserico que le asestó el golpe de gracia al Imperio, Roma cayó y el vándalo se instaló en sus ruinas como el emperador de los despojos.
Derramar la sangre en la ciudad no es un asunto trivial ni gratuito, no lo es en la ajena menos lo será en la propia. Sólo los esclavos podían ser médicos, existía un riguroso celibato durante la menstruación.
Desde nuestra modernidad diríamos que la violencia de antaño era estructural, que los padres torturaban a sus esclavos y a sus hijos los trataban del mismo modo.
Todo ello en parte es cierto pero debe admitirse que dicha historia se cuenta con afanes propagandísticos más que pedagógicos, de acotar aquello que denominamos “barbarie” a la antigüedad clásica, a los sacrificios aztecas, mayas y mochicas, a la sagrada inquisición española.
Dentro de la ciudad no podía derramarse sangre de los ciudadanos, ninguno podía mancharse las manos con ella, menos dentro de la ciudad. Los esclavos podían torturarse en lugares destinados para ello, hacerlo de cualquier manera y en cualquier parte “ofendería a nuestros dioses”, diría el personaje literario moderno tipo. Esto va más allá de un asunto burocrático teológico: Se profana el templo, se atenta contra lo sagrado. Tal profanación requerirá de un rito de expiación proporcional a la falta cometida, como aquel que debió realizar Alejandro y así habría evitado morir de Malaria dentro de las ruinas de la ciudad que profanó junto a sus cómplices varios años antes.
Maldito Alejandro y toda su descendencia. Maleficios sin expiar que fantasmagóricamente habitan este mundo, permanecen en las ciudades mientras no se expíe y esto vuelva a ser un templo.
Rubicón:
Cruzar el Rubicón para las legiones romanas era un desafío. La interpretación usual nos enseña que el poder de la ciudad residía en la república y que el ejército se tenía para lidiar con la barbaridad.
El soldado era, por lo tanto, junto con el médico, el sacerdote, un ente mediador. Alguien que constantemente debía expiar por medio de rituales la sangre con la que había sido tocado.
La guerra hace buenos guerreros y malos ciudadanos. Estos ciudadanos son aún peores cuando son reincorporados a la ciudad sin haber purgado su mácula, la que persevera hasta la expiación.
El Rubicón marcaba un límite sagrado, los soldados debían respetarlo o la ciudad sería ofendida. La sangre que portan esos guerreros traspasaría con ellos los muros de las ciudades.
El honor que hoy atribuimos a los militares es bastante extravagante, en la antigüedad la gloria se reservaba para la batalla y luego se entendía que para obtenerla hubo que dialogar con la barbaridad en el lenguaje de la bestia. El soldado debía despojarse de su uniforme y su espada, y su cuerpo debía ser santificado, de lo contrario nada impediría el respeto de las demás leyes, la ciudad no es un lugar para asesinos.
El ejército cruzando el Rubicón no es un mero asunto político burocrático, una amenaza a la autoridad civil, es un desafío a lo sagrado, un atentado que debe expiarse en caso de cometerse.
La explanada del parque O'higgins.
Cien mil metros cuadrados de hormigón esparcidos a paladas por los obreros de la unidad popular. En dicho pavimento, curado al aire espeso de septiembre, resuenan las botas al paso de ganso, mientras la sangre ennegrecida hiede. No hay sustancia, ni el insecticida más moderno, que contenga a las moscas, que evite que los cuervos orbiten sobre los tejidos humanos esparcidos en esos uniformes. Y no hay textil capaz de contener a esa sangre, que evite que toque los cuerpos de esos soldados y sus cómplices, ella penetró más allá de sus galones y atuendos marciales.
Los cuerpos esparcidos en la ciudad, desmembrados a corvos en borracheras mientras incendiaban templos que no construyeron. Homenajes iletrados a Alejandro y sus bacanales sodomitas, pero carentes de su gloria. Atrocidades constitutivas, constitucionales, que perseveran y se reproducen más allá de la pestilencia. Cuerpos que reflotan con rieles a cuestas y maldicen una y otra vez a los gobernantes de las ciudades profanadas en donde todo sigue siendo sagrado: Un templo no deja de serlo por la acción de un maldito.
Lo atroz no es un trauma que se herede, un patrimonio que se incorpore a las cuentas de cada familia, la sangre sigue ofendiendo la santidad esencial de las ciudades mientras ella no se purgue. Mientras pensemos en modos de resolución que no ataquen lo principal esos muertos reflotarán, se desataran de los alambres de púa con que fueron maniatados, irán directo hacia nuestros cuellos para ahorcarnos.



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